lunes, 21 de junio de 2021

OPEN HOUSE BUENOS AIRES EN LINEA | EDICIÓN 2020 EN PANDEMIA. CHARLA DE CIERRE

Para ver todos los videos de la edición OHBA EN LÍNEA 2020 ingresá a: 

http://www.openhousebsas.org/

https://www.youtube.com/channel/UCorkT5dwwsECaaVBtFLWxAw



Co-lugar. Hacia Una arquitectura de lo común
Barcelona, Buenos Aires y Viena

María Elisa Rocca 
Cohabitar Urbano Asociación Civil


 

“El hábitat y lo común en tiempos de pandemia”

"Dentro del campo de la arquitectura y el urbanismo, las luchas por el derecho a la vivienda digna y adecuada y el derecho a la ciudad y a la arquitectura han hecho surgir alternativas innovadoras que parten de la sociedad civil organizada y que, en muchos casos, encuentran su respuesta en formas de uso, apropiación y gestión común."

El momento actual de pandemia nos obliga a repensar muchas cosas, entre ellas nuestras formas de producir, gestionar y habitar el espacio. En estos tiempos resulta necesario poner en el centro de la agenda pública la cuestión de lo común y su relación con lo público. La expresión espacial de lo común está íntimamente ligada con los espacios de producción, gestión y uso colectivo (colaborativo, compartido y comunitario) fundamentales para resolver los usos que hacen a la vida cotidiana de sus habitantes.

La noción de co-lugar está estrechamente ligada con la forma en que lo común se expresa en el espacio. Lo común es entendido como alternativa política para el siglo XXI, donde se reivindican formas de apropiación común por sobre las apropiaciones privadas y estatales o públicas. Dentro del campo de la arquitectura y el urbanismo, las luchas por el derecho a la vivienda digna y adecuada y el derecho a la ciudad y a la arquitectura han hecho surgir alternativas innovadoras que parten de la sociedad civil organizada y que, en muchos casos, encuentran su respuesta en formas de uso, apropiación y gestión común. Lo común es entendido como aquello inapropiable en un sentido absoluto, aquello que nadie en concreto puede monopolizar o patrimonializar. Lo común no tiene más remedio que emerger como el producto resultante de unas acciones o prácticas emprendidas en común; por lo tanto, no es un punto de partida, sino una construcción colectiva, un work in progress, que en cada momento debe ser co-producido, permitiendo incluir la posibilidad de ser redefinido o re-decidido.

El co-lugar es un nuevo tipo de espacio asociado con la vida en común y fraternal. Dentro de cada uno de los co-lugares los usuarios y usuarias son considerados pares e iguales en términos de derechos y obligaciones, más allá de las diferencias que puedan existir respecto al tipo de vivienda, a la ubicación relativa dentro del entorno habitable considerado, a los metros cuadrados de propiedad privada, etc. En este sentido, podemos decir que el tipo de relación social establecida entre los usuarios y usuarias dentro de los co-lugares tiende hacia la fraternidad, hermandad o sororidad. Esto implica, en primera instancia, el establecimiento de relaciones sociales horizontales, donde no existe un “padre” que imponga autoridad y/o se coloque por encima de la relación entre pares.

Hablar de fraternidad y de co-lugar implica asumir a la sociedad y al individuo como relación. La categoría política de fraternidad y la categoría espacial de co-lugar hacen explícita la tensión permanente entre sociedad e individuo. En esa tensión, que implica el intercambio social, aparece la exposición de uno mismo ante los otros. En este sentido, si incorporamos la perspectiva de la fraternidad, la solución ante esta tensión permanente es superar la contraposición entre el interés propio y el interés común. En términos espaciales, y llevado a la categoría de co-lugar, supone superar la dicotomía entre espacio privado y espacio público, en un intento por integrarlos.

Lo común y el co-lugar, como categorías, son entendidos como co-actividad más que como una co-pertenencia, co-propiedad o co-posesión; una co-actividad que no cesa y se renueva una y otra vez en virtud de la reciprocidad y del compromiso de sus participantes. Entendemos que en las ciudades actuales no solo se ha producido una pérdida de las relaciones sociales de convivencia comunitaria vinculadas con la vida cotidiana, sino que al mismo tiempo existe una desconexión y falta de interacción, tanto social como morfológica, y en muchos casos institucional, entre la vivienda y la ciudad. En este sentido, reivindico la autogestión como el modelo de acceso a la vivienda, al hábitat y a la centralidad de las ciudades, puesto que se encuentra en estrecha consonancia con la noción de co-lugar. La autogestión apuesta a la capacidad de agencia de los individuos organizados colectivamente con presencia de lo público-estatal, enriqueciendo el vínculo institucional. En tiempos como los actuales, esos vínculos gestados durante procesos de organización colectiva preparan a los actores para la solidaridad necesaria para afrontar la emergencia.

El co-lugar permite la articulación entre el espacio privado y el espacio público. El concepto de co-lugar está ligado al uso y a las apropiaciones que los usuarios/as hacen de los espacios de frontera entre la vivienda y el entorno urbano; al tipo de relaciones sociales establecidas, y a los sistemas jurídico-económicos que dan acceso a la vivienda y que otorgan el marco necesario para su gestación, y, por último, a la materialidad que implica el hecho arquitectónico y urbano. El co-lugar queda definido a partir del condicionamiento social y gestación del espacio co-habitable; de su diseño arquitectónico, de su materialización y apropiación colectiva, y también de su uso. Es así como estos tres momentos (o dimensiones) implican un proceso, y ese proceso implica a su vez tiempo. El tiempo necesario para fijar, madurar y procesar maneras de hacer y producir colectivas donde el conflicto y el consenso encuentran su lugar.

Los co-lugares son la oportunidad para repensar nuevos modos de co-habitar abiertos a la experimentación, la co-participación y el reconocimiento del aporte de los otros, entendiendo que las personas no solo demandamos bienes y servicios (tanto dentro del espacio de la ciudad como dentro del de la vivienda), sino que buscamos el reconocimiento como sujetos-parte de la historia colectiva, como practicantes de ese proceso de toma de decisión sobre todo lo que afecte a nuestras vidas.

Por María Elisa Rocca para la Fundación Tejido Urbano

www.tejidourbano.net

martes, 7 de noviembre de 2017

Open House y Tirando Paredes

Desde Cohabitar Urbano trabajamos desde el año 2013 con la asociación civil Tirando Paredes en la integración de jovenes con síndrome de down formando parte del equipo de voluntarios de Open House Buenos Aires. 
"Los primeros años les avisábamos previamente a los voluntarios que iban a estar en el equipo con alguien con síndrome de down, y les pedíamos especial atención. Desde el año pasado nos dimos cuenta que no hacía falta anticiparnos a esos posibles conflictos, y que naturalmente los equipos de voluntarios se integraban sin nadie como intermediario. Esto fue una enseñanza para nosotros mismos quienes cada año vamos aprendiendo las capacidades que ellos pueden desarrollar, y esto que vamos aprendiendo lo queremos transmitir a todos los participantes de Open House"
Es uno de nuestros objetivos que los visitantes y el resto de los voluntarios descubran las capacidades de desarrollar ciertas tareas que tienen los chicos. Ver como pueden cumplir con los roles y tareas asignadas ayuda a romper ciertos prejuicios que existen con respecto a las aptitudes de una persona con síndrome de down. 
Por otro lado junto a los coordinadores de “Tirando Paredes” intentamos que  los chicos desarrollen capacidades para desempeñar distintas tareas, enfrentando a público general. Creemos que esto puede ayudarlos a aprender a desenvolverse en ciertos ámbitos en relación al público, pero también los ayuda a fortalecer la confianza para poder enfrentar la inserción laboral. 
Este año Leandro Otero fue uno de los voluntarios con Síndrome de down que participó en el Teatro San Martín, y rescató que lo que mas le gustó fue “trabajar en equipo”.



Francisco Lanusse y Martín Finzi son los creadores de Tirando Paredes, y nos dieron su punto de vista sobre este vinculo con Open House Buenos Aires:

1-¿Porqué creen importante que un chico con síndrome de down participe como voluntario en un evento interactuando con la gente?

FL: Creo que es fundamental, muchas veces las barreras no están puestas en lo que las personas con discapacidad pueden o no hacer, sino que tienen que ver con los limites o impedimentos que se crean desde la sociedad. Con un poco de ganas, y adaptando mínimamente algunas cuestiones del contexto, creo que pueden aparecer miles de opciones para que cualquier persona pueda desarrollarse plenamente, creemos que Open House nos ayuda a lograr ésto.

MF: Pasar por esta experiencia es importante para cualquiera más allá del síndrome, porque se trata de algo cultural, social, laboral y un ámbito que reúna esto es por si saludable. Un pibe con síndrome tal vez no encuentre aún  tantos espacios para su desarrollo así que es muy bueno que participen..

   




2- ¿Ven un progreso en el desenvolvimiento de los chicos desde el primer Open House hasta el último?

MF: Si, noto que la tienen cada vez más clara y no necesitan de nuestro apoyo. Se desenvuelven autónomamente y lo que más deseo en ellos es que encuentren un laburo que los motive y contribuya a su autovalimiento.

FL: Sin dudas. Hemos visto grandes logros en ellos, sobretodo en la confianza que fueron ganando, en el desarrollo de sus puntos fuertes y la concreción de esto en su tarea. El que es mas expresivo y conversador pudo explayarse y explicar algo del edificio que le tocó. El que es mas introvertido y quizás tienen mas dificultades con el habla, fortaleció sus aptitudes en implementar cierto orden, entregar puntillosamente los folletos a los visitantes, etc. 





3 - ¿Creen que fue cambiando en los últimos años los prejuicios que antes se tenían sobre la aptitudes de los chicos?

MF: Es posible. A medida que uno se conecta con algo distinto va aprendiendo y mirando desde otros puntos de vista. Es una gran experiencia tanto para ellos como para todos los demás.

FL: No lo sé, sí pienso que en la medida que los jóvenes con síndrome se juntan con otros voluntarios vamos logrando este quiebre de prejuicios. Van viendo todo lo que pueden hacer y lo que les cuesta mas (como a todos los seres humanos) y de esta manera se pueden ir complementando y avanzando en el logro del objetivo.